Mientras en México se habla del partido contra Estados Unidos, del regreso de Omar Bravo luego de su fracaso en Europa y del mal paso que está teniendo el campeón Pumas; en un pequeño equipo de Suecia se retira Henrik Larsson, uno de los mejores delanteros en la historia del fútbol.
Larsson no vende periódicos ni incrementa ratings de medios mexicanos, por eso se le dedica solamente un espacio pequeño, menor al de los comentarios de Cuahtemoc Blanco sobre el noviazgo de Giovanni o al de la "noticia" de haber encontrado un pastel con mensaje anti Tri.
Se habla de que Larsson se retira lesionado, de los equipos en los que estuvo y la edad a la que debutó. En ninguna linea se lee de sus cuatrocientos goles en setecientos sesenta y siete partidos, de que rompió todas las redes en los estadios de escocia ni de que emigró al Barcelona sólo por ambición.
A final de cuentas, quizá sea mejor que no lo mencionen, que no se dediquen a ensuciar el nombre de este goleador, y sigan envueltos en su burbuja mediocre mientras el tiempo le otorga a Henrik Larsson su gloria merecida.
Larsson no vende periódicos ni incrementa ratings de medios mexicanos, por eso se le dedica solamente un espacio pequeño, menor al de los comentarios de Cuahtemoc Blanco sobre el noviazgo de Giovanni o al de la "noticia" de haber encontrado un pastel con mensaje anti Tri.
Se habla de que Larsson se retira lesionado, de los equipos en los que estuvo y la edad a la que debutó. En ninguna linea se lee de sus cuatrocientos goles en setecientos sesenta y siete partidos, de que rompió todas las redes en los estadios de escocia ni de que emigró al Barcelona sólo por ambición.
A final de cuentas, quizá sea mejor que no lo mencionen, que no se dediquen a ensuciar el nombre de este goleador, y sigan envueltos en su burbuja mediocre mientras el tiempo le otorga a Henrik Larsson su gloria merecida.