viernes, 7 de agosto de 2009

Sin talento no busques grandeza

Es incapáz de salir de entre dos defenzas con el balón en sus pies, no tiene tiro de media ni larga distancia, nunca le ha ganado a un contrario en velocidad y su drible es peor que el de un Terminator T-800. A pesar de todo esto, la prensa capitalina —la primitiva y anticuada prensa capitalina— se aferró en asegurar que era el más completo centro delantero que México había formado en muchísimo tiempo y, amparados en la ilusión de sus 101 goles en Chivas de Guadalajara, le pronosticaban un futuro arrasador en las ligas europeas.
El fracaso de Omar Bravo no es culpa de él, pues siempre fue un jugador de clase media arropado por muchos jugadores de mayor calidad que, en una liga mediocre como la mexicana, se encargaban de ponerle una cantidad infinita de balones en el área para que él pudiera hacer lo mejor que sabía, lo único que sabía hacer: esconderse detrás de los defensas para aparecer por sorpresa y rematar a gol. Mientras en el resto de méxico la gente hablaba de la cantidad de oportunidades que había desperdiciado en un mismo juego, los románticos de Jalisco y el centro del país no debajan de comentar sobre su racha de varios juegos anotando. Es por eso que su triste suerte en el Deportivo la Coruña se debe más al afán de una prensa amarillista, al cambio de imagen que Jorge Vergara aplicó sobre Chivas y del que Bravo fue pieza clave, y de la insistente necesidad de encontrar un becerro de oro al que sus fanáticos pudieran adorar. En realidad, Omar bravo no es más que un engañado más en esta estafa, un hombre que por voces de otros y no apreciar su propio nivel, terminó creyendo que era en realidad el crack que México había buscado por tantos años, que podía burlar a todos los defensas que se le plantaran enfrente, que su tiro de media distancia era similar al de los jugadores ingleses, que podía correr por las mañanas junto a Usain Bolt y que su drible era tan técnico y marcado como un baile de John Travolta.

Años antes Los Tigres del Norte habían advertido a todos los que quisieran ser jefes de jefes que "Sin talento no busques grandeza, porque nunca la vas a tener", y Omar Bravo, envuelto por toda la idolatría de medio país, una ciudad, y los principales medios, terminó olvidando que su nivel no pertenece al fútbol europeo ni a otro lado sino al de esta láguida, decayente, surrealista e infeliz liga llamada Primera División Mexicana.
Bienvenido de nuevo a casa, Rey Tuerto.

1 comentario:

  1. Que onda contigo q dices q no tiene control, no tiene tiro, no tiene velocidad y sin drible, a lo mejor estas siendo sarcastico, no lo se, pero te recomiendo veas algunos partidos o videos de los torneos pasados. O ponle en Youtube en las colecciones de goles y ya tendras otra opinion. Y aparte te quejas q lo unico q sabe hacer es esconderse detras de los defensar y rematar, segun yo, en el futbol eso es una gran cualidad y q pocos delanteros tienen, no te acuerdas de hugo sanchez?, muchos de sus goles nada mas las empujaba ya sin portero, jaja, pero a lo mejor tu sabes mas q lavolpe, q eriksson, DEBERIAS SER MAS OBJETIVO O A LO POCO MENOS MAMON

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